El presidente de Irán, Ebrahim Raisi, murió el domingo en un accidente de helicóptero en la provincia de Azerbaiyán Oriental. El incidente, que también se cobró la vida del ministro de Asuntos Exteriores, Hosein Amirabdolahian, se produjo cuando regresaban de la inauguración de una presa cerca de la frontera con Azerbaiyán, donde estaba presente el presidente azerí, Ilham Aliyev.
Ebrahim Raisi, nacido en Mashhad en 1960, ciudad que alberga el principal mausoleo chiita de Irán, fue una figura clave en la política iraní y favorito para suceder al Líder Supremo Ali Khamenei. Su carrera comenzó en el poder judicial después de la Revolución Islámica de 1979, y ascendió rápidamente hasta convertirse en fiscal adjunto de Teherán en 1985. Raisi fue uno de los jueces que supervisó los tribunales secretos de 1988 responsables de juzgar a miles de prisioneros políticos en un proceso criticado por su opacidad y alto nivel. tasa de ejecuciones.
En 2019, el entonces presidente estadounidense, Donald Trump, impuso sanciones a Raisi por su papel en la ejecución de menores y la represión de las protestas del Movimiento Verde tras las elecciones de 2009. Raisi también fue vicepresidente de la Asamblea de Expertos y custodio de la Fundación Astan Quds Razavi, acumulando un considerable poder político y religioso.
La aplastante victoria de Raisi en las elecciones de 2021 supuso un triunfo significativo para el sector ultraconservador de Irán tras dos mandatos del moderado Hassan Rohani. Durante su presidencia, Raisi prometió luchar contra la corrupción y enfrentar las sanciones estadounidenses, que se intensificaron después de que Estados Unidos se retirara del acuerdo nuclear de 2015.
Raisi mantuvo una línea dura durante las protestas que estallaron en 2022 tras la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda detenida por supuestamente llevar el velo incorrectamente. Raisi calificó la muerte de Amini de "incidente" y denunció una "guerra híbrida" de Occidente para desestabilizar a Irán, apoyando la represión de las fuerzas de seguridad contra las protestas.
En el ámbito internacional, Raisi encabezó un proceso de acercamiento entre Irán y Arabia Saudita, que culminó con un acuerdo para restablecer relaciones diplomáticas en marzo de 2023 bajo la mediación de China. Este acuerdo impulsó la normalización de las relaciones entre Siria y otros países de la región, así como las conversaciones de paz en Yemen, envuelto en un conflicto desde 2015.
Los últimos meses de su mandato estuvieron marcados por el conflicto de Oriente Medio, desencadenado por los ataques de Hamás y otras milicias palestinas contra Israel el 7 de octubre. Esto llevó a una ofensiva israelí contra Gaza y a un aumento de las tensiones regionales. Un bombardeo israelí en Damasco mató a siete miembros de la Guardia Revolucionaria iraní, lo que llevó a Irán a responder con un ataque con misiles y drones contra Israel.
Bajo el liderazgo de Raisi, Irán intensificó su apoyo a Hamás y otros grupos armados de la región, incluido Hezbolá en el Líbano, los hutíes en Yemen y varias milicias en Irak y Siria. Esto provocó la condena de Estados Unidos, Israel y otros países occidentales, que describieron la influencia de Irán en la región como "maligna".
La muerte de Ebrahim Raisi deja un vacío en la política iraní y plantea numerosas preguntas sobre el futuro liderazgo del país, especialmente en un momento de alta tensión regional e internacional. Su desaparición podría alterar significativamente el panorama político y la dinámica de poder dentro de Irán y Medio Oriente.